En un contexto donde tantas cosas escapan de nuestro control, hay que poner el foco en aquello que sí podemos controlar: nuestro crecimiento.
Tony Robbins, escritor de desarrollo personal y finanzas personales catalogado entre los 200 mejores “Business Gurus” según Harvard Business School Press, expone que, si no disciplinamos nuestros miedos y controlamos nuestro foco, dejamos la puerta abierta para que otros direccionen nuestra vida.
“A dónde va nuestra atención, la energía se dirige y las cosas empiezan a suceder” es una de las frases célebres de Robbins. Por eso es muy importante que mantengas en claro a dónde te dirigís, a dónde querés llegar, confiar en tí mismo, y ponerte a actuar en pos de lo que querés para tu vida. Probablemente ya conocés métodos para lograrlo: tener metas a corto y largo plazo, trazar planes de acción y marcar el paso a paso. Pero, ¿qué pasa en el medio? ¿Cómo tendemos a desviarnos tan rápidamente?
Desde que despertamos estamos rodeados de estímulos externos como emails, WhatsApps y llamadas que demandan nuestra atención continua. Nueva información entra y todo lo que va sucediendo a nuestro alrededor en el hogar y el trabajo empieza a inundar nuestra mente. Así es que nuestra concentración se disipa. Nuestro cerebro se divide trabajando para dar muchas respuestas y terminamos avanzando más lento.
A este estado de estímulos y respuestas constantes, se lo denomina “estado reactivo”: reaccionamos al día, en vez de tener la facultad de decidir el orden de las acciones y la lista de prioridades a tomar. Robbins pone sobre la mesa la idea de adquirir una actitud proactiva, en la cual somos nosotros los que decidimos qué atender. Cuando desarrollamos claridad de foco, se tiene presente en todo momento cuáles son los objetivos reales, qué es lo que tiene prioridad, y qué es una distracción del momento que puede esperar.
Una actitud proactiva, donde la atención esté puesta en las soluciones en lugar de en los problemas, aumenta nuestra productividad y rendimiento. Tener la mente seteada para eso es una práctica que se puede ejercer en todo momento, en el trabajo, en el hogar, en situaciones exigentes y en otras más cotidianas que a simple vista demandan menos de nosotros, pero que el tipo de respuesta que damos va determinando el resto del día, y por tanto, nuestra actitud frente a la vida.
Mantener el foco nos permite tomar las mejores decisiones conscientes para nosotros mismos. Una vez que lo practicás y estás en carrera, cada vez se hace más fácil, pero para eso hay que entrenarlo siempre que sea posible. Como dictamina Robbins aludiendo al dicho popular “Repetition is the mother of skill”, o en español, “la repetición es la madre de la habilidad”.
No importa el lugar, en el trabajo, en tu casa, o en el gimnasio siempre podés tomarte unos minutos para trabajar en ti mismo. El momento siempre es ahora. Con Paselibre te damos la opción de asistir a múltiples gimnasios y centros deportivos con acceso ilimitado en todo el país. Podés llevar tu entrenamiento cerca del trabajo y también cerca de tu hogar, o armar un circuito que te quede cómodo para complementar actividades. Diseñá una rutina que te lleve a estar centrando en ti, en tus logros personales y laborales. Invertir en ti mismo, es invertir en tu salud, éxito y felicidad. En definitiva, es apostar por materializar tu visión de vida.